En aquella pausa
del sorbo de café
a la primera hora de la mañana
me he transportado
hacia nuestra selva
Y he sentido
una gran bienvenida
dibujada entre sus árboles
sin límite
Me dejé tumbar
sobre la hamaca de sus raíces
y hasta mi última molécula
entró en un profundo sueño
Estoy en nuestra selva querida,
de todos,
Tingo de Saposoa.
14/03/2020

La proeza es no ignorar el latido de la cucharita de metal…
Su advertencias sospechosa.
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