Bajo brillante niebla
de saladas actinias cubierto
amaneció en la playa
un bote viejo
Con arena se mira
la banda de sus bateleros
y en la quilla verdosos
calafateos
Bote, triste, yacente,
por los moluscos horadado;
ha venido de ignotos
muelles amargos
Apareció en la bruma
y en la armonía de la aurora
trajo de los rompientes
doradas conchas
A sus bancos remeros
a sus amarillentas sogas
vienen los cormoranes
y las gaviotas
Los pintorescos niños
cuando dormita la marea
lo llenan de cordajes
y de banderas
Los novios, en la tarde,
en su alta quilla se recuestan;
y a los vientos marinos
de amor se besan
Mas el bote ruinoso
de las arenas del estuario,
ansía los distantes
muelles dorados
Y en la profunda noche
en fino tumbo abrillantado
partió el bote muriente
a los puertos lejanos.
- José María Eguren
1874 - 1942