Sopa fuerte. Muy propicio prepararla para dos personas enamoradas en el invierno de Lima.
Primero, tener a la mano un kilo de res. Parte pecho. Cortarlas en presas, lavarlas bien. Allí, al tacto, del agua con la carne, en su discurrir, sentimos el primer gusto. Nos daremos cuenta de un brillo cómplice que nos llama, es la grasita que cubre el tejido conectivo de nuestros trozitos de costilla. Luego, una vez enjuagadas bien, se las lanza de manera suave sobre la olla que contiene suficiente agua. Y se las deja ha hervir. Treinta y quizás un poco más de minutos. De pronto, escucharemos un baile, es la tapa de la olla enloquecida por la magia de la ebullición, avisa destaparla. Con cuidado, tras el vapor, veremos cómo bulle a borbotones una imagen sensacional, el agua hirviente, las presas en vértigo y un olor de carne que explosiona.
Es hora entonces de agregar todas las verduras picadas, zanahoria, zapallo, apio, nabo, choclo, habas, etc. También las papas amarillas. Un poco de sal. Y dejamos quince minutos más.
Sobre la mesa roja, arroz graneadito para servir al gusto, una limonada servida en copas y ¡a disfrutar!!!
P.D.
Almuerzo, martes 15 de junio de 2021.
